Estas dos LGAC ocupan un lugar central en el quehacer filosófico contemporáneo, cada una de ellas abarca un amplio campo temático con respecto a problemas actuales del conocimiento científico y tecnológico, por un lado, y del desarrollo de las sociedades actuales en sus dimensiones políticas y éticas principalmente, por otro lado. Por ello, el estudio de ellas dará un soporte decisivo en la formación académica del alumno que a su vez repercutirá en su desempeño profesional.
A continuación, se caracteriza someramente el estado actual de estas LGAC.
Línea A) Filosofía de la ciencia y la tecnología
Línea B) Filosofía Social
Línea A) Filosofía de la ciencia y la tecnología
FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
El estado actual de la filosofía de la ciencia como un campo de conocimiento puede caracterizarse grosso modo como una colección de problemas abiertos diversos interrelacionados acerca de aspectos epistemológicos, ontológicos, éticos, sociales y políticos de las ciencias que son abordados desde diversos enfoques y posturas filosóficas.[1]
Concebida clásicamente como una pluralidad de teorías filosóficas acerca del conocimiento científico y su relación con el mundo físico, la filosofía de la ciencia constituye hoy un vasto e inabarcable campo de conocimiento, con una diversidad de problemas abiertos interrelacionados. Dentro de los variados problemas que estudia la filosofía de la ciencia, esta línea de investigación del programa de MFCA propone cursos y seminarios, tanto obligatorios como optativos, sobre problemas clásicos como son los del realismo, racionalidad y progreso científico; la causalidad y la explicación científica; la construcción de modelos y su aplicación al mundo físico, proponiendo estudiar de manera crítica y sistemática problemas como son: ¿cómo podemos mantener que las teorías científicas nos dicen cómo es realmente el mundo físico?, ¿de qué forma los científicos deciden y adoptan racionalmente una teoría científica?, ¿en qué sentido se ha dado en la historia de la ciencia un desarrollo de las diversas disciplinas?, ¿cómo podemos sostener que las teorías de la ciencia prescriben relaciones causales entre los sucesos del mundo físico?, ¿de qué manera las teorías ofrecen explicaciones de los sucesos y procesos de los que se ocupan? y ¿cuál es el papel de los modelos en la aplicación de las teorías científicas a sistemas del mundo físico?
La filosofía contemporánea de la ciencia se ocupa no sólo de las anteriores cuestiones clásicas epistemológicas y ontológicas sino también se interesa por la influencia que los factores psicológicos, sociológicos y antropológicos ejercen sobre la ciencia, la tecnología y la tecnociencia. E igualmente sobre la manera como los productos de la ciencia y la tecnología, vistas como aspectos de la cultura, influyen sobre el entorno, de las diversas comunidades sociales. Problemas que se originaron en los marcos teóricos de los estudios de la filosofía clásica de la ciencia se han extendido a otros ámbitos, como son los problemas de la inconmensurabilidad y el cambio de paradigmas en la ciencia, y han servido como base para discusiones vigentes sobre la diversidad y el diálogo entre culturas. Esta ampliación del campo temático de la actual filosofía de la ciencia se ha favorecido por el desarrollo de otros estudios empíricos e interdisciplinarios sobre el conocimiento que provienen de ciencias como la sociología, la psicología, la antropología, la biología evolutiva y, más recientemente, la neurofisiología, la inteligencia artificial y las ciencias cognitivas. Todo lo cual ha abierto el camino hacia la naturalización de la epistemología y de la filosofía de la ciencia, al reconocer el carácter complejo e interdisciplinario del conocimiento.
El impacto de la actividad científica, tecnológica y tecnocientífica en nuestras formas de vida y en nuestro ambiente es de tal dimensión que se requiere de una nueva axiología del conocimiento científico y tecnológico. El análisis filosófico de la ciencia, tradicionalmente centrado en los valores epistémicos de las teorías, se ha dirigido al análisis de los valores no epistémicos que influyen en la investigación científica, considerando su dimensión ética y política, especialmente en el campo de la tecnociencia. De aquí la creciente proliferación actual de los estudios éticos y sociales de la ciencia y la tecnología.
Con importantes antecedentes desde los siglos XVIII y XIX −en las obras de John Stuart Mill, John Herschel y William Whewell (en Inglaterra), Auguste Comte, Henri Poincaré y Pierre Duhem (en Francia) y Hermann von Helmholtz y Ernest Mach (en Alemania)−, la filosofía de la ciencia se conformó como una disciplina filosófica a principios del siglo XX con las propuestas que filósofos con formación científica tanto empiristas ―miembros del Círculo de Viena o de la Escuela de Berlín― como racionalistas ―principalmente Karl Popper― avanzaron retomando los viejos problemas metodológicos y epistemológicos –con raíces desde la obra de Aristóteles pero principalmente en la época moderna en las tesis de Francis Bacon, Descartes, Leibniz, Newton, Hume y Kant− pero replanteados con respecto teorías científicas ―principalmente teorías físicas― que culminaron en una concepción global de la ciencia, de vena positivista (es decir, que toma como modelo de conocimiento científico a la física), conocida como la concepción nomológica-deductiva. El alcance de esa concepción incluye cuestiones acerca de cómo se construyen u obtienen las leyes y teorías de la ciencia, de cómo se someten a prueba experimental las hipótesis científicas, de qué manera se conectan estos enunciados con la realidad física (esto es, con las entidades, sucesos y procesos físicos de los que se ocupan las distintas teorías), en qué consiste una explicación científica, cómo se justifican racionalmente las leyes y teorías de la ciencia y en qué consiste el progreso científico.
Con las contribuciones de Thomas Kuhn y Paul Feyerabend en las décadas de los sesenta y setenta, las soluciones aceptadas a esos problemas fueron cuestionadas, dando lugar a un replanteamiento de los mismos desde una perspectiva más bien histórica y sociológica que lógica o metodológica. Este cambio de perspectiva, aunado a la adopción de un enfoque no sintáctico sino semántico al análisis y reformulación de las teorías científicas, ha permitido un desenvolvimiento de esta disciplina y una discusión más amplia e intensa de esos problemas desde diversas posiciones filosóficas, como son empiristas, realistas (y antirealistas), pragmatistas, naturalistas, instrumentalistas, estructuralistas y conceptualistas.
Podemos señalar también que la filosofía clásica que fue desarrollada durante la primera mitad del siglo XX por los neopositivistas, como Carnap, Neurath, Ayer y Popper, entre otros, que identificaba el conocimiento con el conocimiento científico, restringieron el análisis de la ciencia a su dimensión normativa. A partir de los años setenta, la filosofía de la ciencia se ha transformado. El programa del empirismo lógico entró en una crisis debido en parte a las críticas de Popper y sus discípulos, pero sobre todo por la influencia, como hemos anotado, de los estudios descriptivos e históricos de Kuhn sobre la dinámica de la ciencia. Problemas acerca de los métodos de la ciencia, sus marcos conceptuales, la confirmación de sus leyes y teorías, las relaciones entre las teorías y los hechos, la explicación y la predicción, la racionalidad y el realismo, si bien continúan abiertos en los estudios contemporáneos, sí se han visto enriquecidos con una gama de nuevas problemáticas acerca de los procesos de descubrimiento y construcción de los productos de la práctica científica y de sus relaciones con la tecnología y la sociedad.
[1] La filosofía de la ciencia es una disciplina filosófica robusta que se cultiva mundialmente, contando con asociaciones y congresos internacionales, numerosas revistas especializadas internacionales, editadas en Inglaterra, U. S. A., Alemania, Italia y otros países. así como cátedras en todas las Facultades de Filosofía que se precien de serlo (hay dos programas de doctorado en México en esta disciplina: el doctorado en Filosofía de la Ciencia de La Facultad de Filosofía y Letras y el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM y el doctorado en Filosofía e Historia de la Ciencia del Departamento de Filosofía de la UAM-Iztapalapa). Las revistas, de nivel internacional españolas Theoria y Teorema, y la mexicana Crítica publican artículos en lengua castellana.
FILOSOFÍA DE LA TECNOLOGÍA
La Filosofía de la tecnología es otra vertiente de la línea que se ocupa de estudiar los problemas relacionados con las diversas maneras en que se abordan las actividades laborales y cotidianas, objetos, energéticos, sistemas e impactos tecnológicos, en los distintos roles de usuarios, vendedores y consumidores, productores y diseñadores, investigadores e inventores.
A partir de aquí de identifican los problemas contemporáneos más relevantes que afectan la vida personal, institucional y social, en sus aspectos epistemológicos y ético políticos para enfrentarlos y reorientarlos. Se cuestiona en esto el estatus gnoseológico, ontológico de la complejidad de los artefactos, obras y sistemas, su relación con las ciencias y las prácticas sociales, desde la educación hasta el diseño y gestión de nuevos modos de convivencia y desarrollo de las localidades, ciudades y países.
Se enfatiza la manera en que el propio avance a nivel tecnológico está vinculado con el desarrollo científico, la forma en que aquél impacta y ha transformado nuestro ámbito y vidas sociales y la normatividad que debe aplicarse en la investigación tecnológica, la producción y el uso de los artefactos que produce. Se estudian, en este sentido, los diversos enfoques de integración de la ciencia, tecnología y sociedad (CTS) como un ámbito académico nuevo, donde, bajo un enfoque interdisciplinario se estudia a la tecnología y la ciencia bajo la perspectiva de la complejidad y la gestión y transferencia del conocimiento. Para la comprensión y aplicación de este enfoque de CTS, se abordan casos específicos dentro de las áreas profesionales del sector productivo, educativo y social.
Además de lo anterior, se propone estudiar las cuestiones relacionadas con la manera en que el hombre históricamente ha desarrollado la técnica y su relación con los campos profesionales y su desempeño; la forma en que ha contribuido a conformar visiones del mundo y los diversos impactos positivos y negativos en los ámbitos de la economía, el desarrollo social, los valores y las decisiones éticas implicadas en el mundo contemporáneo. Especialmente se abordan tópicos sobre la sociedad del riesgo, donde las amenazas de accidentes y desastres conjuntan los factores naturales, tecnológicos y sociales a nivel doméstico, urbano, rural y regional, aportando elementos conceptuales e instrumentales para analizar y fortalecer las condiciones de seguridad.
En el siglo XIX se empezó a escribir mucho de diversos tópicos científicos y técnicos pero de una manera aislada. Se habla de mecánica, cinemática, patentes, construcción de máquinas y de la floreciente electrotecnia, pero el término ‘técnica’, como expresión global de un sector unitario, aparece pocas veces. Por vez primera se maneja este concepto unitario en el libro de Ernst Kapp, Glundlinien einer Philosophie del Technik, (1877) y en la disertación ‘Cultur un Technik’ (1884) de Franz Reauleaux. En el siglo XX ya aparecen los primeros títulos con el sentido actual de ‘técnica’, tales como Max Eyth (Poesía y técnica, 1904), Ulrico Wendt (La técnica como asunto cultural, 1906), Friedrich Dessauer (Cultura técnica 1907), Tönnies (Técnica y Cultura, 1913 y de nuevo Friedrich Dessauer que con su libro de Discusión sobre la Técnica (1926) consolida la discusión a nivel filosófico.
Continúan el análisis Lewis Mumford, Oswald Spengler, José Ortega y Gasset, Jacques Ellul, Oswald Spengler y Nicolás Berdiaev; Aldous Huxley, A. Toynbee, C. E. Shannon, Martin Heidegger, siguiéndoles en los años posteriores autores contemporáneos notables, tales como Marshall Mcluhan, Georges Friedman, Melvin Kranzberg, William Davenport, Langdon Winner, Bruno Latour, y recientemente Fernando Broncano y Stephen H. Cutcliffe, entre otros.
Cabe señalar las aportaciones valiosas de los historiadores de la técnica, tales como las de Charles Singer, R. Forbes, Derry y Williams, Melvin Kranzberg y Pursell, y Jacob Bronovski, quienes han señalado la dimensión omnipresente de la tecnología en la vida humana a lo largo de la historia. Estas aportaciones también se han registrado en revistas de reconocimiento internacional como la de ‘Technology and Culture’ editada por la Society for the History of Technology, desde 1959 por The University of Chicago Press o la revista ‘Tecnology in society’ desde 1979.
Dentro de los diversos problemas que estudia la filosofía de la tecnología, en el programa educativo se proponen seminarios y cursos, tanto obligatorios como optativos, disciplinarios e interdisciplinarios sobre problemas como son el estatus ontológico de los objetos y sistemas tecnológicos, las condiciones de constitución y validez del conocimiento técnico, la contribución de la investigación y desarrollo tecnológico en la tradición o innovación, la relación de la ciencia y la tecnología, el impacto de la técnica en el medio ambiente, los aspectos ético-políticos de las decisiones tecnológicas, entre otros.
Se abordan las temáticas a partir de cuestionamientos tales como: ¿cuál es origen y evolución histórica de la tecnología?, ¿qué tipo de relación existe entre el cambio tecnológico, la economía y la política?, ¿qué modelos de diseño y configuración tecnológica están a la base del desarrollo actual?, ¿cuáles son las condiciones gnoseológicas y epistemológicas para validar el conocimiento técnico?, ¿qué tipo de relación disciplinaria e interdisciplinaria se da en los nuevos campos profesionales y de investigación de la actualidad?, ¿cuál es la responsabilidad del tecnólogo, del usuario y consumidor ante los sistemas productivos, de transporte y convivencia social actuales?, ¿qué tipo de modelos de gestión y control de la tecnología se da en los países y sus efectos? y ¿cómo interviene la tecnología en las decisiones éticas sobre la vida, su generación y cuidado de la salud?
La contribución de esta línea en la formación filosófica de los alumnos consistirá en que sean competentes para:
- Elaborar programas de estudio para cursos de Filosofía de la ciencia y la tecnología;
- Impartir cursos de Filosofía de la ciencia y filosofía de la tecnología a nivel licenciatura y maestría;
- Realizar estudios de congruencia epistemológica y ética sobre situaciones y casos específicos del desempeño profesional y/o de áreas tecnológicas del sector productivo o social.
- Elaborar ponencias para ser presentadas en congresos o simposios;
- Participar en equipos interdisciplinarios sobre el análisis filosófico de la ciencia y la tecnología, sea académicos o laborales.
- Llevar a cabo un trabajo escrito en formato de tesis con aplicaciones profesionales en formato de tesis.
Línea B) Filosofía Social
FILOSOFÍA MORAL
La filosofía moral o ética puede comprenderse como un área de reflexión sobre los fundamentos y problemas que emanan del fenómeno moral y de los actos o acciones morales, su estado actual es una confluencia de teorías y corrientes que se abocan a resolver problemas como el de la libertad, la bondad, la responsabilidad, los valores morales, etc. Este tipo de problemas son abordados desde varias corrientes y teorías filosóficas.
Actualmente la filosofía moral se ha vinculado con problemas concretos y específicos en el área de la ética aplicada, neologismo que surge alrededor de 1960 y que hace referencia a un análisis ético de situaciones precisas. Este giro moral aplicado, o la necesidad de volverse hacia las éticas aplicadas, es un fenómeno que se gesta durante la segunda mitad del s. XX, y es provocado por al menos cuatro fenómenos contemporáneos: la implicación de seres no humanos en los problemas morales, la aparición de nuevos dilemas, la globalización y el avance de la tecnología, así como la descentralización de la prescripción moral.
La ética aplicada aborda problemáticas morales desde diversos ámbitos de estudio como la ética de los negocios, la ética de las investigaciones científicas, la ética y feminismo, la ética ecológica y la bioética, entre otras. Al ser calificada la ética como aplicada, se destaca en ella la solución práctica de fenómenos concretos y por lo mismo es de carácter interdisciplinar.
Tanto la ética como la ética aplicada son forjadas desde un ámbito amplio de propuestas filosóficas que se interrelacionan entre sí, dando como resultado una complejidad de problemas, posturas y corrientes filosóficas ligados por la preocupación central de evitar el sufrimiento humano, así como de proponer marcos teóricos propicios que habiliten las diferentes posturas acerca de lo que es o debería de constituir la felicidad del hombre en sociedad.
Dentro de la variedad de problemas que aborda la ética y la ética aplicada, esta línea propone cursos y seminarios obligatorios y optativos sobre las vertientes contemporáneas más importantes en esta área como son: la ética y sus fundamentos teóricos, la ética y sus principales metodologías de análisis moral, la ética y feminismo, bioética, la ética clínica, ética y medios masivos de comunicación, ética y biopoder, entre otras. El estudio y análisis de estas problemáticas se realiza desde un enfoque crítico y sistemático, características subyacentes al discurso filosófico. Se interrogan cuestiones como: ¿en qué consiste la bondad?, ¿cuáles son los elementos morales mínimos necesarios para lograr la justicia?, ¿qué responsabilidad moral se tiene con otros seres no humanos?, ¿la moral debe ser comprendida desde una perspectiva de género?
La importancia de la actividad de la reflexión filosófica moral en la vida privada y pública es central para el desarrollo de las habilidades y aptitudes en cualquier tipo de ejercicio profesional de los estudiantes, pues forja un correcto juicio moral sobre los diversos ámbitos de la acción humana.
Actualmente hay, al menos, cinco tendencias importantes de estudio del fenómeno moral: 1. La tradición racionalista heredada de la ilustración del s. XVIII, particularmente en la obra de E. Kant, 2. El consecuencialismo de la tradición anglo sajona, 3. La vertiente de los ideales y valores o ética de las virtudes, centrada sobre todo en la herencia de la moral y jurídica occidental cristiana. 5. La dialógica comunicativa de la corriente de J. Habermas, K. O. Apel, Ch. Kosgaard y A. Cortina, y 6. La tradición casuística y la hermenéutica crítica de S. Toulmin y A. Jonsen, H. Gadamer y Jesús Conill. Asimismo es de puntualizarse las aportaciones en el ámbito de la ética aplicada, el cuidado del medio ambiente de Hans Jonas, la visión de la ética de la responsabilidad ciudadana de Victoria Camps, Ma. José Guerra, el cuidado no antropocéntrico de los seres vivos no humanos de Peter Singer sobre el estatuto epistemológico de ésta área en la década de los ochenta y noventa. Los estudios sobre ética y feminismo de Kohlberg y C. Guilligan en la década de los setentas, y finalmente, los estudios realizados en ética de las instituciones al cuidado de la salud de Robert T. Hall en años recientes y el resurgimiento de la casuística como metodologías de las éticas aplicadas por A. Jonsen y E. Toulmin entre otros.
FILOSOFÍA POLÍTICA
Las actuales discusiones en los diversos ámbitos de la política suponen siempre un punto de vista, no siempre explícito, respecto de lo que es la sociedad, el estado, la libertad, los derechos y el individuo. Una de las fundamentales labores de la filosofía es justamente indagar sobre los sentidos y las implicaciones que tienen estos términos.
En esta línea de la MFCA se pretende discutir, a partir del análisis del eje individuo- sociedad-estado-poder-derecho, las principales posturas que han asumido a lo largo de la historia las principales corrientes filosóficas a ese respecto, con objetivo de ofrecer un panorama histórico y crítico de las principales posturas filosóficas en torno a la sociedad y la política.
El propósito de esta línea de investigación es estudiar, precisamente, la filosofía política. Esto es, sin embargo, extensa y rica en conceptos, interpretaciones, autores, escritos, corrientes, etc. no es posible, pues, estudiarla minuciosamente en su totalidad para obtener rápido una visión de conjunto. Conviene, así, estudiarla al menos en dos ritmos al mismo tiempo: diacrónicamente, es decir, en sus movimientos a lo largo de la historia y de las épocas, y sincrónicamente, esto es, revisando con cierto detenimiento los diversos períodos que a uno le resulten más significativos.
Con ambas maneras –que no agotan necesariamente todas las posibilidades de acceso a la filosofía política–, se puede advertir el movimiento de la historia y de los conceptos que en ella se han forjado, identificar sus momentos de dominio, de desaparición, sus causantes o sus consecuencias; por otro lado, se pueden reconocer las condiciones concretas de vida y sus configuraciones en teorías, advertir cómo un núcleo de prácticas y de ideas estructura el “carácter” de una época, identificar cómo las diferencias dan lugar a identidades y las identidades proporcionan diferencias. Y, más que nada, se puede entender por qué, en efecto, los seres humanos son básicamente seres de polis; ésa es, tal vez, su única definición posible.
Actualmente los autores y corrientes más relevantes de discusión a nivel mundial son: La corriente neomarxista encabezada por Adolfo Sánchez Vázquez en Latinoamérica, las discusiones sobre la teoría de la justicia generadas a partir de la obra de John Rawls, las discusiones en torno a los nuevos republicanismos y la posibilidad del desarrollo de nuevos derechos que garanticen el autogobierno y desarrollo individual de la vida humana, las críticas al desarrollo de la economía mundial de Thomas Pöge, M. Nussbaum y Ronald Dworkin entre otros.
Además, la relevancia de la Filosofía política, en uno de sus ámbitos como es el derecho, trasciende el ámbito estrecho del estudio de las normas jurídicas para situarse en el nivel de uno de los discursos más novedosos y significativos de las disciplinas teóricas contemporáneas, correspondiente a uno de los campos más sobresalientes de la vida social.
Además, la reflexión teórica sobre tópicos como la validez y la coercitividad de las normas jurídicas se ha vuelto preocupación y tema fundamental en discusiones cotidianas tales como los de la seguridad y la prevención del delito.
Particular relevancia reviste, en este campo del saber, la discusión sobre el sentido y naturaleza de la justicia, ya sea como horizonte de la legalidad o como medida de las relaciones sociales. Por otro lado, especial lugar ocupan, en las discusiones jurídicas contemporáneas, los temas relacionados con los Derechos Humanos, los derechos de las minorías, los estudios filosóficos de género realizados por María Zambrano, María José Guerra, Ángela Sierra y Carol Guilligan, etc.
Por todo ello, la Filosofía política resulta una disciplina fundamental, tanto para contribuir a la proyección de una sociedad más justa, como en la formación profesional de los filósofos.
La contribución de la LGAC en Filosofía social en la formación filosófica para los alumnos será mediante su capacitación en:
- Conocimiento de las formas contemporáneas de justificación y fundamentación filosófica en las áreas de la ética, la filosofía política y del derecho.
- Habilidad para impartir cursos en esas áreas a nivel de bachillerato y licenciatura y maestría.
- Analizar casos y problemas específicos derivados del fenómeno moral y político desde una perspectiva filosófica.
- Capacitación para realizar actividades de divulgación difusión del conocimiento.
- Llevar a cabo un trabajo de investigación aplicada en éstas tres áreas.
FILOSOFÍA DEL DERECHO
Se incorpora de manera expresa el énfasis a la filosofía del derecho como parte de la interdisciplina propuesta en el programa educativo; la reflexión crítica de los problemas actuales conlleva necesariamente al análisis de las cuestiones normativas y su respaldo axiológico. El contenido es propuesto con múltiples aristas, desde el recorrido ideológico desde las teorías jurídicas clásicas a las de actualidad; la revisión de las teorías de la justicia (Rawls, Nozick, Walzer); las aproximaciones a los derechos humanos resultarán relevantes, dependiendo de los trabajos aplicativos de los alumnos, en su plano teórico o en lo normativo; adicionar el contenido de sus investigaciones o la praxis profesional con la incorporación de las cuestiones regulatorias e institucionales que le resulten necesarias.